Una operación quirúrgica es la última opción de tratamiento en cualquier paciente. Primero se intenta con terapia física, medicamentos, u otros métodos. Pero cuando estos no dan los resultados esperados porque la complicación es mucho mayor, se recurre al ámbito quirúrgico para resolver el padecimiento.
La cirugía de reemplazo articular, es una de ellas. Esta consiste en sustituir las partes dañadas o enfermas de las articulaciones por otras artificiales (mejor conocidas como prótesis), hechas normalmente de metal, plástico y/o de cerámica. Las cirugías de reemplazo articular más comunes son la de cadera y rodilla, aunque también es común el reemplazo de hombros, tobillos y codos.
En la cirugía de reemplazo articular moderna se quita el cartílago desgastado de ambos lados de la articulación y, luego, se reviste la articulación con un implante que tiene una apariencia similar a la de su articulación y funciona prácticamente igual.
Los candidatos para una cirugía de reemplazo articular a menudo tienen dolor severo en las articulaciones, artrosis avanzada, rigidez, cojeras, debilidad de los músculos, limitaciones de movimientos, e hinchazón. Dependiendo de qué articulación está afectada y la cantidad de daño, las actividades normales como caminar, ponerse los calcetines y zapatos, entrar y salir de los autos, y subir escaleras pueden ser difíciles.
Las causas más comunes de disfunción de las articulaciones son la osteoartritis y la artritis reumatoide. Mientras que nadie está seguro de lo que causa la artritis, hay un número de factores que puede contribuir al deterioro de la articulación y llevar a la artritis. Algunos de estos factores son: factor hereditario; anormalidades en el desarrollo de la formación de la articulación; predisposición genética a un metabolismo cartilaginoso anormal; lesiones menores repetidas; trauma severo al cartílago de la articulación.
En la mayoría de los casos, la artritis u otros problemas articulares que pueden tratarse con una cirugía de reemplazo de la articulación se pueden diagnosticar por medio de una simple radiografía.
La cirugía de reemplazo articular se viene realizando desde la década de 1960 y ya ha demostrado ser un procedimiento altamente seguro y que ofrece muchos beneficios a los pacientes. A pesar de ser un procedimiento seguro no está exento a tener complicaciones, donde las más comunes son: infección, coágulos de sangre en las venas o trombosis venosa profunda y una falla de la articulación.
Las prótesis han ido cambiando y mejorando gracias a múltiples investigaciones científicas, cada vez son más seguras y duraderas. El tiempo de vida de una prótesis es de 15 a 20 años.
Por lo general, luego de un período de recuperación, los pacientes que se sometieron a una cirugía de reemplazo articular vuelven a tener un nivel de actividad alto y mejora drásticamente la calidad de vida de los pacientes. El tiempo de recuperación luego de la cirugía depende del nivel de actividad que tenía el paciente antes del procedimiento, el estado físico y de salud en general.
Es posible minimizar la necesidad de una cirugía de reemplazo articular mediante el tratamiento médico integral. Medicamentos, los ejercicios con menos impacto (p. ej., nadar, caminar, andar en bicicleta, entre otros), la pérdida de peso, los suplementos nutricionales y las inyecciones articulares pueden ayudar a una persona a evitar la cirugía de reemplazo de articulares.
Lo más importante es llevar un control de los síntomas y chequeo con un especialista para diagnosticar a tiempo, tener el tratamiento indicado y en caso de ser necesario un reemplazo articular, contar con especialistas capacitados en el tema.