Los esguinces son una de las lesiones ligamentosas más frecuentes, estos pueden ocurrir en gran parte de las áreas articuladas del cuerpo. Este tipo de desgarro generalmente aparece tras acciones tan sencillas como dar una mala pisada, tropezar con un objeto o al aplicar más torsión de la habitual al mover el hombro, la mano o el tobillo (por colocar algunos ejemplos).
Dependiendo de la gravedad del esguince, se buscará una solución conservadora o una quirúrgica para reparar el daño sufrido. En esta publicación, te explicaremos en un lenguaje sencillo: Qué es un esguince, cómo están clasificados, cuáles son las áreas más susceptibles y qué acciones tomar si te llegara a suceder.
¿Qué es un esguince?
Un esguince es el desgarro o rotura de los ligamentos que conectan los huesos y le dan estabilidad a las articulaciones. Los ligamentos son una pieza clave para mantener los huesos en su lugar, ya que están compuestos por un tejido conjuntivo fibroso, flexible y muy resistente.
Cuando los ligamentos se someten a un estiramiento excesivo o forzado, sus tejidos pueden desgarrarse dando cabida a una ruptura parcial o total del ligamento. Dicho esto, los esguinces se clasifican por grados, siendo 3 en total:
Esguince de grado 1: Distensión leve del ligamento (sin rotura).
Esguince de grado 2: Distensión moderada con rotura parcial del ligamento.
Esguince de grado 3: Distensión severa con desgarro total del tejido ligamentoso.
Tipos de esguince
Los ligamentos se encuentran a lo largo y ancho del cuerpo humano, encargándose de unir las diferentes estructuras óseas y manteniendolas estables. A continuación, mencionaremos los ligamentos y las partes del cuerpo más susceptibles a los esguinces…
Esguince de rodilla
Cada rodilla posee 4 ligamentos: cruzado anterior, cruzado posterior, lateral interno y lateral externo, los cuales unen y estabilizan el hueso del fémur con el de la tibia. El esguince de rodilla es una lesión deportiva común, donde se ven afectados principalmente los ligamentos laterales.
Esguince de hombro
El hombro está integrado por múltiples ligamentos como, por ejemplo: el ligamento transverso del húmero, el coracohumeral, el acromioclavicular, el coracoacromial, el coracoclavicular y el glenohumeral. Al ser estructuras con sistemas articulares complejos y un enorme rango de movilidad, los hombros suelen estar propensos a los desgarros continuamente.
Esguince de muñeca
Los esguinces de muñeca aparecen a menudo tras una caída, esto se debe a que sus ligamentos sufren un estiramiento súbito que compromete la integridad del tejido conjuntivo; por suerte, la mayoría de los casos de este tipo de esguince son leves y no requieren cirugía.
Esguince cervical
Generalmente, el esguince cervical se produce como resultado de un latigazo cervical causado por un movimiento repentino y brusco, lastimando diversas estructuras del cuello en las que se incluyen los ligamentos que unen las vértebras cervicales.
Esguince de codo
Esta lesión puede afectar uno o más de los ligamentos que unen los huesos del brazo a la articulación del codo. Las principales causas de un esguince de codo son las caídas con el brazo extendido, la sobrecarga por la práctica deportiva y la actividad laboral exigente con movimientos de codo recurrentes.
Esguince lumbar
Los esguinces lumbares limitan la movilidad de la parte media de la espalda. Como el resto de los desgarros, el esguince lumbar se produce por el estiramiento excesivo de los ligamentos de las vértebras lumbares.
Esguince de tobillo
El esguince de tobillo frecuentemente deriva de una torsión abrupta del pie, ocasionando que el tobillo se doble o gire de forma inusual. Esta lesión puede ocurrir cuando caminas o corres sobre superficies inestables, por una caída luego de saltar o bajar escaleras, por un pisotón en el pie, etc.
Esguince de cadera
Entre las lesiones de cadera más comunes destacan fracturas, dislocaciones y esguinces ocasionados principalmente por una caída. Los ligamentos de la cadera rodean sus estructuras para lograr una mejor estabilidad, al verse expuestas a un tirón pueden desgarrarse y dar inicio a una serie de síntomas molestos y limitantes.
Síntomas de un esguince
Los signos que indican la existencia de un esguince son:
Dolor (articular o muscular).
Hinchazón.
Rigidez o limitación para mover la articulación lesionada.
Hematomas.
¿Qué hacer si tengo un esguince?
Aunque gran parte de los esguinces suelen ser leves, algunos casos pueden tener un nivel de complejidad mucho mayor. Los esguinces deben tener una atención médica inmediata al ocurrir la lesión, con la finalidad de diagnosticar concretamente la lesión, descartar otros problemas y conseguir un tratamiento efectivo que evite cualquier complicación.
Mientras acude al médico puede aplicar las siguientes acciones:
Coloque hielo sobre la zona afectada para disminuir la inflamación.
Inmovilice el área articular con un vendaje o férula.
Mantenga la parte lesionada en una posición elevada.
Ponga en descanso la articulación durante varios días.
No coloque peso, ni ejerza movimientos bruscos sobre la lesión.
Diagnóstico
El médico le preguntará cómo ha ocurrido la lesión y cuáles son los síntomas, seguidamente, le realizarán un examen físico para valorar los signos presentes: hematomas, inflamación, sensibilidad, limitación articular, etc. En casos como este, la ecografía articular también puede utilizarse para verificar la integridad de los ligamentos y del líquido articular.
El especialista podría requerir una radiografía, tomografía o resonancia para apoyar el diagnóstico y constatar que no existan fracturas óseas u otros problemas adicionales.
Tratamientos para los esguinces
El tratamiento para un esguince variará de acuerdo a la localización y el grado de la lesión. Inicialmente, se busca reducir la inflamación y controlar el dolor; para ello, se recomienda el método R.I.C.E (Reposo, hielo, compresión y elevación) acompañado de medicamentos para aliviar el dolor.
Después de un par de días, el paciente debería notar una mejoría de los síntomas y ser capaz de recuperar progresivamente el movimiento sin que esto suponga dolor. Dependiendo del tipo de esguince, la lesión se podría recuperar en unas semanas o tardar meses.
La cirugía es una opción a considerar cuando el ligamento ha sufrido una rotura completa y se debe reparar internamente el desgarro. Por otra parte, el uso de inmovilizadores y la fisioterapia también forman parte de los tratamientos conservadores más comunes, adaptándose a las necesidades particulares de cada paciente.