La columna cervical, se caracteriza por ser muy flexible y permitir mayor movilidad que cualquier otra zona de la columna vertebral. Sin embargo, es frecuente sentir dolor. A veces, se trata de un dolor localizado en el cuello y otras veces se extiende a los brazos, a la cabeza o a la espalda.
Este dolor que afecta a la nuca y las vértebras cervicales y que puede extenderse al cuello, la cabeza o a las extremidades superiores es conocido como Cervicalgia y aunque quizás no has escuchado este padecimiento de manera recurrente se dice que entre un 22% y 70% de la población es diagnosticada de cervicalgia a lo largo de su vida.
Cuando la cabeza, en la visión de perfil, no está bien posicionada (está muy adelantada y/o muy arqueada), y/o los músculos posteriores cervicales especialmente no están adecuadamente fuertes y resistentes, se crean unas tensiones mecánicas y unas compresiones inadecuadas de las estructuras cervicales –discos y articulaciones que hay entre las vértebras – que acaban produciendo sintomatología cervical (dolor, contracturas,…). Esta causa mecánica-postural es la más frecuente en las cervicalgias.
¿Qué causa la cervicalgia?
La cervicalgia puede ser ocasionada por muchas causas, pero para explicarlo de una manera más sencilla la dividiremos en tres grupos:
Por lesiones degenerativas o crónicas: la cervicalgia puede ser debida a una cervicoartrosis, que es la artrosis de las vértebras del cuello. Suele afectar a personas de edad adulta que presentan alteraciones o degeneración en los discos intervertebrales y en las articulaciones vertebrales. La cervicalgia crónica dura varias semanas mientras que la cervicalgia aguda dura solo unos días.
Por un problema de sobrecarga: Es muy común que la cervicalgia se presente debido a una mala postura o por sobrecarga generalmente laboral.
Por una lesión aguda: su origen es ocasionado por una causa externa que produce una lesión aguda.un movimiento brusco o un traumatismo que afecta a la musculatura o a los ligamentos y articulaciones del cuello o un golpe sobre la cabeza que produzca una torsión del cuello (por ejemplo, una caída de una bicicleta). También puede desencadenarse por un pinzamiento nervioso causado por una hernia discal.
¿Cuáles son sus síntomas?
Tener él cuello rígido y dolor al moverlo, son algunos de los síntomas más comunes. Sin embargo, esta patología puede desencadenar otros malestares como:
Dolor de cabeza.
Náuseas y vómitos.
Cansancio/debilidad.
Trastornos visuales.
Fiebre.
Vértigo.
Pitidos en los oídos.
Hormigueo en los hombros y manos.
¿Cómo tratar la cervicalgia?
El tratamiento del dolor cervical tiene como objetivo eliminar el mismo y disminuir la rigidez del cuello. Lo recomendado para esta patología es:
Tratamiento rehabilitador
Ejercicios adecuados: las personas con músculos débiles en el cuello deben seguir un programa adecuado de ejercicios para fortalecer la zona.
Para aliviar el dolor también se recomienda:
Aplicar calor en la zona, durante 15 minutos, varias veces al día.
Realizar ejercicios de estiramiento.
Colocar una pelota de tenis en la parte de la espalda más dolorida, tumbarse sobre ella y mantener la postura unos segundos.
Evitar movimientos que provoquen dolor, no hacer reposo total en cama y no cargar peso.
Recuerda que lo más importante para tratar esta patología es acudir a un médico especialista para indicarte él tratamiento adecuado y los pasos a seguir para una pronta recuperación.
Síntomas comunes de la cervicalgia
Las personas con cervicalgia experimentan dolor y rigidez en la parte posterior del cuello (área cervical), pero además de ello, pueden percibir otros síntomas asociados. Estos síntomas son los siguientes:
Dolor que se desprende del cuello y se irradia hacia los hombros y los brazos.
Dolores de cabeza.
Mareos.
Debilidad en brazos y/o manos.
En casos más graves, la cervicalgia puede llevar a la pérdida de la movilidad del cuello disminuyendo la calidad de vida del paciente.
Causas de la cervicalgia
La cervicalgia puede aparecer por múltiples factores; sin embargo, a continuación mencionaremos algunos de los más habituales:
Posturas incorrectas
Las posturas incorrectas son una de las causas más frecuentes de la cervicalgia. El mantener una posición prolongada en el trabajo, estar sentado frente a la computadora o conducir por largos períodos, puede tensar los músculos del cuello y la espalda y provocar dolor cervical.
Movimientos repetitivos del cuello
Los trabajos que requieren hacer movimientos repetitivos con el cuello, el trabajar mucho en cosas que ameriten inclinar la cabeza hacia adelante o utilizar malas técnicas al realizar alguna actividad, son acciones que causan tensión sobre los músculos del cuello y la espalda provocando dolor cervical.
Accidentes de tráfico y lesiones deportivas
En un accidente de tráfico, puede ocurrir una lesión por latigazo cervical debido a la aceleración y desaceleración brusca del vehículo. Por otra parte, en los deportes que involucran contacto físico, aumenta el riesgo de que se produzcan lesiones en el cuello y la espalda que originen dolor cervical.
Enfermedades degenerativas de la columna vertebral
Las enfermedades degenerativas de la columna como la espondilosis cervical y la enfermedad degenerativa del disco cervical, son afecciones que involucran cambios en las articulaciones y estructuras de la columna cervical, lo cual puede conllevar a dolor y rigidez en el cuello.
Discos intervertebrales herniados o deslizados
Si un disco intervertebral se hernia o se desplaza, puede presionar los nervios cercanos en la columna cervical, haciendo que aparezca dolor y otros síntomas.
Trastornos musculoesqueléticos crónicos de los músculos del cuello y hombros
Los trastornos musculoesqueléticos crónicos como la tendinitis, la bursitis y la fibromialgia en los músculos del cuello y los hombros, pueden ser una causa frecuente de cervicalgia o dolor cervical.
Artritis reumatoidea, enfermedad de Paget y otros trastornos osteo-articulares
Cualquiera de estas afecciones pueden generar inflamación y dolor en las articulaciones del cuello, dando como resultado la aparición de una cervicalgia crónica.
Diagnóstico de la cervicalgia
El diagnóstico de la cervicalgia inicia conociendo el historial médico del paciente, para lo cual realizaremos preguntas sobre sus síntomas, antecedentes clínicos y cualquier lesión o cirugía previa relacionada con el cuello. Posteriormente, pasamos a la parte del examen físico para evaluar la movilidad del cuello, buscar signos de inflamación o rigidez y evaluar la fuerza y sensibilidad de las extremidades.
En algunos casos, es necesario realizar pruebas por imágenes como radiografías, tomografías computarizadas (CT) o resonancias magnéticas (MRI) para evaluar el daño en los músculos, nervios, huesos y discos de la columna cervical. Las pruebas de laboratorio nos ayudan a descartar otras causas subyacentes de la cervicalgia.
Tratamiento para aliviar el dolor cervical
Existen varios tratamientos comunes que pueden ayudar a aliviar el dolor cervical, las opciones conservadoras incluyen:
Ejercicios y cambios posturales
Los ejercicios específicos y los cambios posturales pueden ayudar a fortalecer los músculos del cuello y mejorar la alineación de la columna cervical, aliviando el dolor y previniendo futuras lesiones.
Terapia física y masajes
La terapia física y los masajes pueden ayudar a reducir el dolor cervical y mejorar la flexibilidad y movilidad del cuello.
Medicamentos
Los medicamentos analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y relajantes musculares, son ampliamente recomendados por los especialistas para reducir el dolor cervical y la inflamación.
Inyecciones de corticosteroides
En casos específicos, las inyecciones de corticosteroides pueden ser una opción para aliviar rápidamente el dolor cervical al minimizar la inflamación en la zona afectada.