Dr. Carlos Rebollón
Condromalacia Rotuliana
Diagnóstico y Tratamientos
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Condromalacia Rotuliana
Condromalacia Rotuliana
Aunque la edad es un factor que favorece la aparición de la condromalacia rotuliana en adultos mayores; las personas jóvenes también pueden manifestar la afección con síntomas aún más intensos. Confirmar el diagnóstico definitivo y descartar otras patologías comunes de la rodilla es imprescindible para tratar efectivamente el desgaste del cartílago articular.
En el Centro Ortopédico Panama Clinic (COPAC) brindamos un servicio ortopédico y traumatológico de primera categoría, nuestros especialistas le esperan para una valoración exhaustiva que permita identificar la causa del problema y hallar la forma exacta de corregirlo para acelerar su proceso de recuperación.
¿Qué es la Condromalacia Rotuliana?
Es una afección degenerativa en la que se genera un daño en el cartílago de la rótula (rodilla). La condromalacia rotuliana ocasiona el desgaste, erosión o reblandecimiento de este importante cartílago hialino, donde el daño puede ir de leve a severo dependiendo del sufrimiento que haya experimentado el cartílago del paciente.
Generalmente, la condromalacia rotuliana viene acompañada del síndrome femoropatelar, produciendo dolor en la parte delantera de la rodilla (área articular entre el fémur y la rótula). Sin embargo, los síntomas de ambos problemas no indican la presencia de una enfermedad o patología más grave como, por ejemplo: la artritis.
En adolescentes y personas jóvenes, la condromalacia rotuliana es causada por sobrecarga o exceso de presión en la rodilla durante las actividades diarias; mientras que en las personas mayores, la condromalacia rotuliana causas se debe a enfermedades degenerativas subyacentes como la artrosis.
Grados de las Condromalacias Rotulianas
La condromalacia rotuliana se clasifica en 4 grados, quedando de la siguiente manera:
Grado 1
Etapa inicial (la más leve de todas), donde el cartílago comienza a mostrar ligeros signos de reblandecimiento.
Grado 2
La superficie del cartílago tiene una apariencia “deshilachada”, los cambios son visibles ante una resonancia magnética.
Grado 3
Las fisuras o grietas han penetrado las capas profundas del cartílago, provocando dolor e inflamación en la articulación.
Grado 4
La lesión tiene un gran avance, el cartílago ha desaparecido y el hueso debajo de él ha quedado totalmente expuesto.
Síntomas de la Condromalacia Rotuliana
La condromalacia rotuliana síntomas incluyen lo siguiente:
Dolor en la rótula (cara anterior de la rodilla) que se vuelven más intensos al flexionar la rodilla.
Chasquidos o crujidos al ejecutar movimientos de flexión y extensión con la rodilla afectada.
Inflamación.
Debilidad del cuádriceps.
Inestabilidad.
Rigidez.
Limitación de la movilidad.
Diagnóstico
Una historia clínica y la exploración física donde se compruebe la existencia de los síntomas anteriormente mencionados, en la mayoría de los casos es más que suficiente para sospechar de una condropatía.
Sin embargo, el diagnóstico definitivo de la condromalacia rotuliana suele darse después de evaluar el estado actual del cartílago mediante una resonancia magnética, las imágenes tomadas mostrarán cuán erosionado está el cartílago y cuál es el nivel de exposición del hueso.
Causas de la Condromalacia Rotuliana
La condromalacia rotuliana causas puede deberse a múltiples factores, lo que si se tiene claro es que esta afección tiene una mayor incidencia en las mujeres que en los hombres. Entre las actividades que pueden contribuir con el desgaste acelerado del cartílago articular de la rodilla se encuentran:
Uso articular excesivo.
Personas con problemas en la alineación de sus rodillas.
Sobrecarga por la práctica de algunos deportes.
Lesiones de rodilla previas o recidivantes (fracturas, contusiones condrales, etc.).
Desgaste propio del cartílago ocasionado por el envejecimiento del cuerpo.
Tratamientos para la Condromalacia Rotuliana
Entre los métodos frecuentemente empleados en el tratamiento de la condromalacia rotuliana tenemos:
Reposo relativo
El paciente puede hacer vida normal, pero evitando realizar las actividades que generan impacto y dolor en las rodillas. Gran parte de los síntomas mejora progresivamente al detener el uso articular excesivo.
Medicamentos
Los analgésicos y antiinflamatorios de venta libre como el paracetamol y el ibuprofeno son ampliamente recomendados para aliviar momentáneamente las molestias de la condromalacia rotuliana.
Suplementos orales
Aunque los compuestos integrados por sustancias como la glucosamina, el colágeno, la condroitina, el magnesio y la vitamina C no tengan un gran efecto por sí solos, pueden funcionar muy bien como complemento del tratamiento conservador.
Fisioterapia
El fisioterapeuta además de ayudarle a mejorar el tono muscular, fortalecer y equilibrar las estructuras de la rodilla; también podría ofrecerle la aplicación de un vendaje de rótula (vendaje rotuliano) para reducir el dolor y corregir la alineación de las rodillas.
Inyecciones
El uso de ácido hialurónico y las infiltraciones de factores de crecimiento o plasma rico en plaquetas, son dos técnicas que han cobrado relevancia en los últimos años. Ambos procedimientos han tenido muy buenos resultados en el tratamiento de la condromalacia rotuliana al bloquear efectivamente el desgaste articular, evitando por ende la degeneración del cartílago hialino.
Cirugía
La cirugía suele ser la última opción de tratamiento para la condromalacia rotuliana, considerándose únicamente cuando los tratamientos conservadores no han ayudado luego de varias semanas o cuando se ha evidenciado claramente una anomalía anatómica.
La cirugía mediante abordaje artroscópico es el tipo de procedimiento quirúrgico habitual para estos casos.
Durante la artroscopia de rodilla, el cirujano realiza incisiones muy pequeñas por donde introduce el artroscopio (dispositivo de visualización) para ampliar el campo visual interno; posteriormente, con la ayuda del instrumental especial puede corregir cualquier problema articular que haya encontrado.
Rehabilitación
La condromalacia rotuliana tiene un proceso de recuperación bastante lento, los pacientes tratados de forma conservadora pueden notar los avances entre los primeros 2 y 6 meses de tratamiento.
Por otra parte, aquellos que han sido sometidos a una intervención quirúrgica tendrán que cumplir con un período de rehabilitación prolongado (alrededor de 6 a 12 meses); en este tiempo se incluyen las semanas de inmovilización tras la cirugía, el posterior apoyo con muletas, la recuperación progresiva de la movilidad y potencia muscular, y por último, el plan de ejercicios necesario para restablecer la fuerza muscular.